Día tras día se niega a los niños el derecho de ser niños. El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura, el mundo trata a los niños ricos como si fueran dinero, y a los del medio, a los que no son ni pobres ni ricos, el mundo los tiene bien atados a la pata del televisor para que desde muy temprano acepten como destino la vida prisionera. Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños.

Eduardo Galeano

Al ir por la calle siempre nos cruzamos con un niñ@ limpiando vidrios, vendiendo medias, trabajando en diversas actividades y es en ese momento es en donde debes frenarte, pensar y actuar.
No dejes que la frase tan común “seguro que es para comprar cigarrillos”, “atrás de este pibe hay padres vagos”, o tantas otras frases, te tapen lo terrible y doloroso que es ver un niñ@ trabajar. Porque no sé qué tipo de padres tienen pero si puedo asegurarte que detrás de ese niñ@ hay una historia, hay dolor, hay ganas de ir a jugar, hay mucho peso por poder llevar algo para comer a casa, hay un montón de sueños postergados, soledad y falta por sobre todo de adultos responsables que puedan cuidarlo. Y digo que puedan, porque muchas veces el niñ@ se encuentra descuidado porque por detrás hay adultos que no aprendieron o no pueden cuidarlos.

Y para eso estamos los adultos que si aprendimos del amor, estamos para proteger los niños, para cuidar y velar para que cumplan todos sus derechos, porque no alcanza con enseñar que el amor de Dios es infinito, sino que debemos demostrarles que ese amor es palpable en la tierra, que se traduce en la lucha por sus derechos y que nosotros somos capaces de demostrarlo.
Es necesario reflexionar y no acostumbrarnos a que sólo algunos niñ@s puedan ser niñ@s; debemos desde nuestro lugar comprometernos para hacer de sus espacios, un lugar de juegos, de disfrute. Porque todos desde algún lugar podremos contagiar y transformar su lugar.

Que este 12 de junio no te encuentre solo recordando, que te encuentre HACIENDO.

Vanina García. Trabajadora Social.
Parte de equipo social de Fundación La Luciérnaga
Voluntaria Comunidad y Cambio, Pinceladas de Esperanza